Etiquetas: Limpieza y gestión de residuos | Documentación técnica
3 abril 2015
,El principal objetivo de las plantas de incubación es producir el mayor porcentaje de pollos de un día de buena calidad de todos los huevos para incubar que recibe.
Inevitablemente, este proceso genera un flujo secundario de material que, como «desecho de incubación», no tiene ningún valor e incluso puede incrementar los costes de las instalaciones a efectos de su eliminación, pero tiene el potencial de convertirse en un subproducto de valor, así como en una fuente de ingresos adicionales para la planta de incubación.
En cualquier caso, los términos «residuos» y «subproducto» hacen referencia a un material de importancia secundaria y, como en todo proceso de producción, en las plantas de incubación también se pueden aplicar los principios de la «pirámide de residuos».
En la cima de la pirámide, el primer objetivo es evitar la producción de residuos. En segundo lugar, si se generan residuos, se han de tratar de convertir en (sub)productos que puedan llegar a ser valiosos. Finalmente, en caso de que lo anterior no resulte posible, se ha de proceder a su eliminación, lo que conlleva determinados costes asociados, o, en el peor de los casos, a su disposición de manera insostenible, por ejemplo, en vertederos. Esta suele ser la última opción.
Teniendo en cuenta únicamente los residuos relacionados con los huevos a los efectos de este artículo, se puede aplicar la pirámide de residuos a las plantas de incubación modernas de la siguiente manera:
Prevención de la producción de residuos
Dado que la cantidad de residuos (sólidos) generados en la planta de incubación depende de la incubabilidad, el aumento de la misma ha de ser el objetivo fundamental a efectos de la reducción de residuos. La optimización de las prácticas de gestión de criaderos y plantas de incubación, entre las que se encuentran la creación de las condiciones de incubación ideales, aumentará sustancialmente la incubabilidad y, por lo tanto, reducirá la generación de residuos.
Si bien una mayor incubabilidad genera más cáscaras de huevo vacías, por lo general, estas son más fáciles de desechar que los huevos que no han eclosionado (llenos), que, como es natural, pesan más y tienen un mayor volumen.
Identificación de los subproductos que pueden resultar valiosos
Los denominados «huevos claros», que son los huevos infértiles y los huevos que contienen embriones que han sufrido una muerte prematura y se retiran durante el proceso de ovoscopia, pueden llegar a ser subproductos valiosos. En función de las normativas locales, los «huevos claros» se pueden vender como un subproducto, ya sea para consumo humano (por ejemplo, para panaderías) o para la alimentación animal. En este caso, los compradores pueden rechazar los embriones más allá de cierta etapa (por ejemplo, un anillo de sangre) y solicitar que se eliminen los huevos podridos (= contaminación bacteriana).
Cuando los huevos claros no se retiran antes de la incubación (es decir, durante el traslado), pasan de una categoría de residuos a otra, convirtiéndose en «huevos no eclosionados» en lugar de «huevos claros».
Los huevos no eclosionados todavía pueden resultar valiosos, por ejemplo, en la producción de biogás o compostaje, en combinación con los residuos recogidos del suelo de los gallineros, o incluso como alimento para animales, después de pasar por una planta de procesamiento.
En la mayoría de las plantas de incubación, las cáscaras de huevo vacías se combinan con los huevos no eclosionados y los pollos de segunda clase en un solo flujo de residuos. Sin embargo, cuando se recogen y se separan, las cáscaras de huevo, dependiendo siempre de las normativas locales, pueden venderse y usarse como fertilizante para la suplementación con calcio.
Eliminación con costes
La disposición de los residuos (orgánicos) en vertederos, que representa una de las soluciones menos sostenibles a efectos de gestionar los residuos de las plantas de incubación, se está volviendo cada vez más difícil en muchos países y, por lo general, suele ser la última opción.
Si bien el objetivo una vez se han de eliminar los residuos suele ser la reducción de los costes y, por lo tanto, encontrar la solución más económica, el impacto medioambiental de los residuos no se puede subestimar.
El conocimiento del proceso resulta fundamental a efectos de su optimización, y realizar un análisis de los residuos específicos de las plantas de incubación no solo ayuda a identificar los procesos de gestión de residuos más rentables y sostenibles, sino también a dar con nuevas fuentes de ingresos para la planta de incubación
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