Etiquetas: Gestión de plantas de incubación | Blog
19 octubre 2015
,Hace poco, al volver a una planta de incubación sudamericana, me enteré de que el gestor de la planta de incubación con el que había trabajado y al que había visto crecer en su puesto durante los tres últimos años se había marchado. Juntos, llevamos a cabo varios cambios en lo que a las condiciones dentro de la planta se refiere, así como en los programas de incubación, gracias a los cuales, la planta de incubación funcionaba de manea excepcional, produciendo pollos de alta calidad de manera constante y con periodos de eclosión reducidos e índices de incubabilidad por encima de la media.
La «cara nueva» que me recibió parecía alegrarse de verme y admitió que, desde que comenzó su nuevo trabajo, los resultados de la gestión de la planta de incubación mostraban una clara tendencia a la baja.
A medida que recorríamos la planta de incubación juntos, noté que había determinadas cosas que se hacían de manera diferente a antes. El nuevo gestor de la planta de incubación no sabía explicar por qué se habían realizado tales cambios y, de hecho, ni siquiera se había dado cuenta de que se habían llevado a cabo.
Además, parecía tener muchas dudas y, cuando le pregunté acerca de su formación y del relevo del antiguo gestor de la planta de incubación, para mi sorpresa, la respuesta fue que no tenía ningún tipo de formación ni de información al respecto. Simplemente le habían dado las llaves de la planta. Al parecer, a ninguno de los empleados existentes se les había explicado nunca el «porqué» y el «cómo» de las cosas, sino que simplemente hacían lo que se les decía. Por ejemplo, a pesar de la existencia de numerosos programas de incubación, nadie sabía qué programa se usaba para cada tipo de huevo.
Durante el resto de mi visita, revisé todos los procedimientos de la planta de incubación con el nuevo gestor. Después de haberse graduado, cinco años atrás, había trabajado en la gestión de criaderos de pollos de engorde. Lo cierto es que era muy inteligente y, aunque asimiló mucha información muy rápidamente, se sintió aliviado cuando le prometí que nos mantendríamos en contacto.
Esta experiencia no hizo más que reforzar la idea de que los gestores de plantas de incubación no se «hacen» en las escuelas o universidades. Es posible que sí adquieran las bases para convertirse en gestores de plantas de incubación, pero los buenos gestores de plantas de incubación aprenden a hacer su trabajo poco a poco, a medida que van adquiriendo experiencia, asisten a seminarios, obtienen información a través de cursos de formación y de lecturas sobre la materia y comparten conocimientos con consultores y compañeros más experimentados.
Un buen gestor de una planta de incubación no se guardará sus conocimientos y experiencia para sí mismo, sino que los compartirá con sus compañeros, en beneficio de toda la empresa. Y, cuando llega el momento de cambiar de puesto, los buenos gestores invierten tiempo en trabajar codo con codo con la persona nombrada para sustituirlos, con el fin de garantizar el éxito continuo de la planta y de su equipo.
Le agradezco sus comentarios sobre el artículo. Si desea obtener más información, no dude en ponerse en contacto conmigo.