Etiquetas: Incubación | Documentación técnica
18 febrero 2016
,El consumo eléctrico de las incubadoras puede representar entre el 35 y el 50 % de los costes de electricidad totales de las plantas de incubación modernas. Los motores eléctricos, tanto en las ponedoras como en las incubadoras, son los equipos que más electricidad consumen.
Se puede instalar un controlador de frecuencia, o un «Energy Saving Module» (ESM) en la ponedora, con el fin de configurar las velocidades del ventilador. Los ESM permiten a los gestores de plantas de incubación diseñar programas de incubación de una sola etapa para ahorrar entre un 24 % y un 30 % en el consumo de energía de los motores eléctricos, sin que esto tenga repercusión alguna sobre la incubabilidad y la uniformidad.
En la mayoría de las ponedoras, el ventilador tiene dos funciones: (1) admisión de aire y (2) recirculación del aire sobre los huevos y entre los carros. La funcionalidad de admisión de aire forma parte del sistema de ventilación, ya sea controlada por los puntos de ajuste fijos de las válvulas de entrada de aire (amortiguadores), o mediante el control automático de los amortiguadores, en función de los puntos de ajuste de humedad relativa y CO2. La capacidad de ventilación máxima (m3/h) o la admisión de aire dependen de la velocidad del ventilador y disminuyen a velocidades reducidas del ventilador cuando se implementan programas de ahorro de energía.
La función de recirculación del ventilador dirige el flujo de aire sobre los huevos, controlando así la uniformidad de la temperatura de los embriones. La forma y la velocidad del ventilador determinan la velocidad del aire (m/s) y la uniformidad del flujo de aire.
Tanto la admisión de aire como la recirculación dependen de la velocidad del ventilador (revoluciones/min). En consecuencia, la reducción de la velocidad del ventilador reduce el flujo de aire sobre los huevos y disminuye la capacidad de ventilación máxima. Por lo tanto, se ha de tener especial cuidado a la hora de reducir la velocidad del ventilador para ahorrar energía, ya que la temperatura (y el crecimiento) del embrión dependen de los puntos de ajuste de la temperatura, el flujo de aire y las tasas de ventilación (French, 1997).
En los primeros 3-5 días de incubación, se debe transferir suficiente calor a los huevos para compensar el enfriamiento de la evaporación. Por lo tanto, no se recomienda la reducción de la velocidad del ventilador durante estos días iniciales de incubación. Después del día 13, configurar el ventilador en las velocidades máximas fomenta el desarrollo óptimo de los embriones y reduce el riesgo de obtener pollos de mala calidad como consecuencia de un sobrecalentamiento. Desde los días 12 o 13, los embriones metabolizan los lípidos de la yema a gran velocidad, en aras de un crecimiento rápido. Este mayor consumo de yema requiere suficiente oxígeno y, por lo tanto, más ventilación. Además, el aumento del metabolismo de los lípidos por parte de los embriones supone una mayor producción de calor metabólico. En esta etapa de desarrollo, se debe optimizar el flujo de aire refrigerado, con el fin de evitar el sobrecalentamiento de los embriones.
En conclusión, para potenciar un desarrollo óptimo, no se recomienda ahorrar energía reduciendo la velocidad del ventilador en las ponedoras desde el día 13 hasta el día 18 de incubación.
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