Etiquetas: Gestión de plantas de incubación | Documentación técnica
11 septiembre 2014
,A la hora de tratar el tema de la fertilidad, se han de tener en cuenta dos definiciones diferentes. Un verdadero huevo fértil contiene un disco germinal bien desarrollado (blastodermo), que indica que el ovocito o cigoto se fertilizó y se desarrolló un embrión durante la formación del huevo. En segundo lugar, en la práctica de las plantas de incubación, la fertilidad se basa, a menudo, en el proceso de ovoscopia, mediante el cual todos los huevos claros se definen como no fértiles y, por defecto, el resto de los huevos se consideran fértiles. Esta segunda definición de fertilidad no es estrictamente correcta, ya que los huevos claros pueden ser efectivamente infértiles o pueden contener embriones (fértiles) que murieron en una fase de desarrollo temprana.
En las plantas de incubación, los problemas con la fertilidad se suelen observar por primera vez durante el proceso de ovoscopia, cuando el número de huevos claros es mayor de lo esperado. Para identificar el momento y la causa de la muerte embrionaria, el gestor de la planta de incubación puede realizar un análisis de los huevos que se han sometido a la ovoscopia. Sin embargo, si este proceso se realiza en el momento del traslado, el día 18, como suele ser el caso, puede resultar difícil distinguir entre aquellos huevos que verdaderamente son infértiles y aquellos que contienen un embrión que ha muerto antes de formarse el anillo de sangre. Esto se debe a que las membranas de los embriones muertos se degeneran si los huevos están en la incubadora.
Al llevar a cabo el proceso de ovoscopia en los días 7 a 10, es posible distinguir de manera fiable entre la verdadera infertilidad y la muerte embrionaria temprana, por dos motivos. En primer lugar, porque aún se pueden reconocer las membranas embrionarias formadas durante los primeros días de incubación. En segundo lugar, en los huevos claros recogidos entre los días 7 y 10, se puede observar claramente un cambio en el color de la yema, como resultado de la actividad embrionaria. El embrión joven activo transporta el agua de la albúmina a la yema, lo que hace que se observe un anillo de color blanquecino o amarillo claro alrededor del embrión.
Los óvulos fértiles no incubados contienen un embrión (disco germinal o blastodermo) que se desarrolló a partir del ovocito fertilizado (cigoto) durante la formación del óvulo en el oviducto. El ovocito es el gameto femenino que flota en la yema. Cuando la yema se libera en el oviducto, los espermatozoides (gametos masculinos) penetran en la membrana de la yema, tras lo cual, un único espermatozoide se fusiona con el ovocito para formar el cigoto fértil. Finalmente, durante la formación del huevo en el oviducto, el cigoto se desarrolla en el blastodermo, con una zona pelúcida (ZP) reconocible, rodeada por una zona opaca (ZO) (Imagen 1a). Si, por alguna razón, los espermatozoides no alcanzan el ovocito, el óvulo permanece infértil y el ovocito se degenerará para formar únicamente un pequeño disco germinal. El disco germinal infértil se puede distinguir como una mancha blanca compacta con bordes ondulados (Imagen 1b). Si los huevos para incubar se analizan a su llegada a la planta de incubación, antes de iniciar el proceso de incubación, cualquier problema de infertilidad se puede comunicar al criadero de inmediato
Imagen 1a: Dibujo que muestra el aspecto de un disco germinal fértil Imágen1b: Dibujo que muestra el aspecto de un disco germinal infértil
Dibujos reproducidos con permiso del editor de Optimizing Chick Production in Broiler Breeders, de Robinson FE, Fasenko GM y Renema RA. Volume 1: Broiler breeder production, Spotted Cow Press, Alberta, Canadá.
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