Etiquetas: Ovoscopia y traslado | Documentación técnica
9 marzo 2018
,La vacunación in ovo está ganando popularidad y cada vez se está utilizando en más plantas de incubación. El elemento catalizador que se encuentra detrás de este aumento de popularidad es el creciente número de vacunas que resultan adecuadas para su administración a través de este método, entre las que se incluyen las vacunas de vectores, que ofrecen una protección temprana contra más de una enfermedad, y las vacunas de complejos inmunes, que se pueden administrar en presencia de anticuerpos maternos.
La vacunación masiva de embriones individuales justo antes del traslado de la ponedora a la incubadora es mucho menos laboriosa que la vacunación subcutánea o intramuscular de los pollos de un día, lo que significa que los pollos pueden llegar a las granjas mucho más rápido tras su extracción. Además, la probabilidad de que se cometan errores con la vacunación in ovo es menor, ya que se ha de formar y supervisar a menos personas que en el caso de la vacunación administrada mediante aerosol o a través del agua. Además, las condiciones de las plantas de incubación que incorporan este sistema son más fáciles de controlar.
Una buena vacunación in ovo es sinónimo de una buena respuesta inmune, sin reducción alguna en la incubabilidad. Para lograrlo, se debe prestar atención a una serie de aspectos fundamentales de la gestión de las plantas de incubación.
Uniformidad
La vacuna ha de inyectarse en el líquido amniótico o en el propio tejido embrionario. En términos generales, esto resulta más fácil si la vacunación tiene lugar entre los días 18 y 19 de incubación. Sin embargo, la edad biológica y la uniformidad de la etapa de desarrollo de los embriones son más importantes que el momento de incubación en sí. Si los embriones se vacunan en una etapa de desarrollo demasiado temprana, el riesgo de inyectar la vacuna en el lugar equivocado (cámara de aire, corion/alantoides o saco vitelino) es demasiado alto. Además, los embriones han de estar en la posición de eclosión (cabeza debajo del ala derecha) y el conducto vitelino debería haber comenzado a entrar en el abdomen. No debería haber más de un 2 % de cáscaras picadas externamente, ya que no pueden levantarse fácilmente con las ventosas del equipo de traslado.
Higiene
No se puede dejar de hacer hincapié en la importancia de la higiene antes, durante y después de la vacunación in ovo. Una cáscara de huevo sucia eleva drásticamente el riesgo de que los patógenos entren al huevo durante la vacunación, incluso a pesar del saneamiento de las agujas. Los huevos podridos también pueden contaminar las agujas. El agujero por el que penetra la aguja es una brecha en la protección natural formada por la cutícula, la cáscara y las membranas del huevo, o lo que es lo mismo, un potencial punto de entrada de bacterias y hongos.
Posición de los huevos
Si los huevos no están en posición vertical en las bandejas de incubación, sino que, por ejemplo, se encuentran inclinados hacia un lado, la aguja podría inyectar la vacuna en el lugar equivocado o incluso matar al embrión, como consecuencia de la perforación de órganos vitales. Resulta altamente improbable que los huevos que, por accidente, se incuban con la cámara de aire hacia abajo lleguen a eclosionar tras someterse a la vacunación in ovo.
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